12 de julio de 2025

Furgencio y el Hackeo del Karma

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La mala suerte de Furgencio era legendaria. Una constante, una fuerza cósmica tan fiable como la salida del sol. Un día, harto de que los pájaros le hicieran caca encima con precisión de francotirador, de que los enchufes desaparecieran justo cuando los necesitaba, o de que sus tostadas siempre cayeran por el lado de la mermelada, decidió que ya era suficiente. Era hora de tomar las riendas de su destino.

Navegando por los recovecos más oscuros de internet, entre anuncios de dietas milagro y cursos para hablar con delfines, encontró lo que parecía la solución definitiva: un servicio llamado «Karma-Fix 3000: Optimiza tu Suerte en 24h». La página, con luces de neón parpadeantes y un avatar de un gurú con gafas de sol en interiores, prometía reequilibrar su energía vital. «¡Por fin!», pensó Furgencio, «¿Un sistema que por fin me entenderá?». Qué ingenuo.

Siguiendo las instrucciones (que eran un PDF de veinte páginas en arameo moderno), Furgencio activó el servicio. La primera prueba: el gurú virtual le indicó que hiciera una «acción de buena voluntad» para calibrar el sistema. Furgencio decidió donar cinco euros a una protectora de patos cojos. Un noble gesto, ¿verdad?

Pulsó «enviar» con una sonrisa de satisfacción. En ese mismo instante, un estruendo sacudió su apartamento. La pared del salón, la que daba a la calle, simplemente… implosionó. Sí, se vino abajo, como si un gigante invisible le hubiera dado un puñetazo. Furgencio se encontró de repente con su sofá flotando precariamente sobre un cráter recién formado y un grupo de turistas japoneses fotografiando el desastre. Su «buena voluntad» había creado un agujero negro de cinco euros en la estructura de su edificio.

«¡Pero qué diablos!», gritó Furgencio, cubierto de polvo. Consultó el Karma-Fix 3000. Un mensaje parpadeó: «¡Karma optimizado! ¡Detectada actividad positiva! Consecuencia: ¡Reinicio estructural espontáneo! Felicidades, tu karma es único».

Furgencio no lo entendía. Decidió que, si lo bueno salía mal, quizás lo malo saldría bien. Era una lógica retorcida, pero era la única que tenía. Así que, con un nudo en el estómago, decidió hacer algo «malo». Cogió la galleta de la fortuna de su viaje a China y se la comió de un bocado, sin mirar el papel, a palo seco toma ya!

Al día siguiente, sonó el teléfono. Era la agencia de lotería. «¡Felicidades, Sr. Furgencio! ¡Ha ganado el premio gordo! ¡Un millón de… monedas intergalácticas de Zorp!». Furgencio estaba eufórico. ¡Un millón! Pero al recoger el premio, se dio cuenta de que las monedas, de un color violeta brillante, causaban una reacción alérgica masiva en todos los humanos que estaban a menos de diez metros. La ciudad se sumió en un caos de estornudos, erupciones cutáneas y picazón incontrolable. Su «mala acción» le había traído riqueza, pero había sumido al barrio en una pandemia de alergias alienígenas.

La situación escaló rápidamente. Si Furgencio le mentía a alguien, un coche aparcaba perfectamente para él justo enfrente de su destino, pero la ciudad entera experimentaba un embotellamiento épico. Si «accidentalmente» rompía un cristal, la electricidad de su casa se volvía gratuita por un mes, pero un apagón afectaba a toda la provincia. Sus intentos de vivir una vida «normal» (buena o mala) solo generaban un caos proporcional.

Furgencio terminó encerrado en su casa (A pesar de tener un agujero enorme), con una montaña de monedas de Zorp y un dilema existencial. No podía hacer nada. Si intentaba ser un héroe, causaba un desastre global. Si intentaba ser un villano, se volvía el tipo más afortunado del universo, a costa de la humanidad. El Karma-Fix 3000 había roto la balanza cósmica, y Furgencio era el epicentro de la disfunción.


Moraleja: No intentes hackear el universo; el firewall del karma es mucho más fuerte de lo que crees, y a veces, la mala suerte es solo el menor de tus males.

Capitulos todos los Miércoles y sábados a las 09:00!

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