Un bunker a la Grefusa
Erase una tarde tranquila como de costumbre, nuestro protagonista Furgencio estaba tomando tremendo colacao (perdón por el lenguaje moderno, hoy estuve viendo la Patrulla Canina y se me ha pegado un poco), cuando de repente, un conocido vino gritándole…
– ¡Ya está aquí la guerra, corre mientras puedas, insensato!
Furgencio, del susto, salió corriendo a su bunker* privado y se encerró.
*Nota del autor: Tiene bunker ya que es una versión americana de Furgencio, eso o pereza de inventarme nombres americanos.
Al año, alguien abrió el bunker; abajo había un esqueleto y una bolsa de pipas en la mano del esqueleto. Resultó ser que Furgencio era alérgico a las pipas, eso y que el conocido le estaba gastando una broma.
Moraleja: si eres alérgico a las pipas, no te encierres en un bunker y te las comas, es malo para la salud y para los guionistas de esta historia.
FIN